Bollería y crepes

Trenza fácil de hojaldre con chocolate y almendras

Un cremoso chocolate negro sobre un lecho de hojaldre mantecoso y hojaldrado es lo más parecido al paraíso. Hornea esta fácil y elegante trenza de hojaldre de 4 ingredientes para compartirla como un postre fácil e impresionante.

¿Sabes cuando tienes uno de esos días en los que apetece una bomba de chocolate? No encuentras nada bueno en la despensa y no te apetece hacer algo desde cero, pero lo necesitas YA… ¿y quieres esforzarte poco o nada?

Claro, puedes coger una caja de mezcla para brownies o una masa para galletas ya hecha. O podrías hacer un pastel de chocolate increíblemente delicioso y pegajoso desde cero en 5 minutos. Y luego espolvorearlo con azúcar glas, echarle unas bayas y no decírselo a nadie. Porque no tienes por qué compartirlo.

Este puede ser nuestro pequeño secreto.


Vivo para postres como este. Cuatro ingredientes, buenísimo con una taza de té, limpieza mínima. Yo diría que no tener que lavar los platos hace que esta trenza hojaldrada sabor aún más fabuloso.

Todo lo que necesitas es una lámina de hojaldre y tu tableta de chocolate favorita. Elige un chocolate que sea plano, como una tableta Hershey, para que el hojaldre quede plano encima. A mí me encanta el chocolate negro, pero si lo prefieres, puedes utilizar chocolate con leche o incluso chocolate blanco. ¡Ojalá fuera más que eso! Dos ingredientes para empezar y un cuchillo afilado para cortar el hojaldre. Trabaja rápido, ya que quieres que la masa esté lo más fría posible antes de meterla en el horno. Hojaldre frío = ¡capas de hojaldre más esponjosas! Qué rico.

Aplane el hojaldre, coloque la tableta de chocolate en el centro y, a continuación, corte en diagonal los lados del hojaldre. Superpóngalos para crear un elegante efecto de trenza. ¡Precioso!

Ahora sólo te quedan dos ingredientes: huevo y agua. Bátelos bien en un cuenco pequeño, pincélalos sobre la masa, cúbrelos con almendras laminadas si quieres, y ya está. Es hora de hornear.

El resultado es una delicia mágica y reconfortante, con capas doradas y hojaldradas y un chocolate dulce y cremoso que se derrite en cada bocado. Espolvoréalo con azúcar glas y sírvelo con tus frutas del bosque favoritas.

Sencillo, bonito y que llena la barriga para esas noches de antojos dulces. Que, en esta casa, son todas las noches.