Me encanta desayunar. Me encanta todo tipo de desayunos: gofres, tortitas, sándwiches de salchicha, avena, crema de trigo, tarta de queso, cereales, tostadas, huevos, magdalenas… ¡todo! Soy una tradicional del desayuno: no puedo comer pizza fría ni ningún otro alimento «no desayunable» tan temprano. Es un sacrilegio. Pero si tuviera que elegir un favorito, serían las tostadas francesas.
En Navidad siempre celebramos un gran brunch en casa de mi madre y ella prepara gofres, huevos, beicon, galletas y salsa para más de 20 personas. Y todos los años prepara un plato de tostadas francesas solo para mí. Siempre me hace sentir especial, como si pidiera un menú «secreto». Quizá por eso las tostadas francesas me parecen un capricho cada vez que las como, ¡lo cual es curioso porque son muy fáciles de hacer!
Cubrí esta tostada francesa con mi granola de tarta de nueces. Añade una textura maravillosa, y un montón de sabor, sin añadir demasiada dulzura a una comida ya decadente. Puedes servirla con mantequilla de manzana, como mi mantequilla de manzana y calabaza, azúcar en polvo, nata montada o sirope de arce auténtico. No puedes equivocarte con esta tostada francesa de pastel de nueces.