El invierno en el sur de California no es precisamente duro, pero en sus momentos más fríos, recuerdo que deseaba, esperaba, rezaba para que en unos pocos meses tuviéramos un verano abrasador. ¿Por qué? Por supuesto, para poder pasar todas las horas que estuviera despierta en la playa, trabajando en mi bronceado.
Con 90 grados, ayer fue el día más sofocante y pegajoso hasta ahora, ¡pero sé que no se compara con lo que ustedes, los de la costa este, han estado sufriendo! Aún así, qué mejor oportunidad para alejarme de la cocina y preparar algo afrutado y refrescante. Aquí tenéis este té helado de melocotón y menta.
Con tres jugosos melocotones maduros y unas ramitas de menta fresca en la mano, puse una olla de agua a hervir, eché unas bolsitas de té y me llevé un libro a la calle. Esperé todo lo que pude, me serví un vaso grande y me lo bebí todo mientras soñaba despierta con el invierno.
Un verano caluroso es bueno para los días de playa y los tés helados, claro, ¡pero no lo es tanto cuando se te derrite el maquillaje y sientes que necesitas ducharte diez veces al día! Por eso me he propuesto pasar el día tumbada en la playa con un buen libro, ¡y me voy a llevar una jarra grande de este té helado!