Hace poco empezó a hacer calor en Los Ángeles después de una semana de frío azotado por el viento y se me antojó un postre de manzana que me hiciera sentir que era otoño otra vez. En mi mente, imaginaba que la chimenea estaba rugiendo y yo estaba envuelta en una manta grande y suave. Pero, por dentro, suplicaba que el tiempo me regalara nieve o granizo, ¡o algo que no fuera soleado!
Por otra parte, el pasado sábado por la mañana me gustó desayunar huevos benedictinos con café en la terraza de un restaurante. Así que olvídate del granizo.
Pero no nos desviemos del tema. El otoño es la mejor estación del año, y comer manzanas es la mejor forma de celebrarlo. Especialmente cuando las manzanas están incrustadas entre capas de masa de tarta hojaldrada y mantecosa.
Yo lo preparé en diez minutos, literalmente, y tú también puedes. Coge una masa para tarta de 9 pulgadas, extiéndela, corta una manzana, echa las rodajas en un bol con un poco de azúcar moreno, canela y nuez moscada, y déjalo reposar unos cinco minutos. Ponga las manzanas en el centro de la masa y dóblela. Píntela con huevo, espolvoréela con azúcar y hornéela.
Después de unos 20 minutos, tienes una galette de manzana caliente y pegajosa que va genial con una bola de helado de vainilla. Y era incluso más fácil que la típica tarta de manzana, pero sabe igual.
Aunque todavía no haga frío en tu ciudad, ¡considera la posibilidad de pasar una falsa noche otoñal como yo! Enciende el aire acondicionado, envuélvete en una manta y disfruta de un delicioso y sabroso postre como esta galette de manzana. Tu factura de la luz no te lo agradecerá, pero yo sí.