El suave y sedoso pudin de chocolate casero, la cobertura ligera de nata montada y las bayas frescas hacen de estos parfaits finos el postre ligero perfecto. Además, ¡sólo tienen 125 calorías por ración!
¡Feliz día de San Valentín, amores! Espero que tengáis algo dulce preparado para la noche o, como mínimo, que podáis acurrucaros en el sofá con vuestra comida favorita. A mí, personalmente, me encantaría un maratón de «Bachelor» y unos palitos de mozzarella. Pero supongo que puedo conformarme con que mi marido me lleve a un restaurante de carnes y me deleite con una buena cena. Cambiar los platos sucios por un bonito vestido de cóctel estaría bien por una noche.
Ha sido una temporada de gastos en nuestra casa, con el bebé en camino y todo lo que conlleva. Y estuve tentada de cancelar la reserva, ponerme manos a la obra y preparar una comida fabulosa en casa. Después de todo, ¡no hay nada mejor que cenar a la luz de las velas en tu mejor pijama!
Pero si hay algo que esta futura mamá necesita es una cena elegante en la que no tenga que mover ni un dedo… ¡sólo el tenedor! No puedo decir que vaya a salir muchas noches después de que nazca este bebé, así que será mejor que aproveche mientras pueda.
Así que, ¡vestido de cóctel, allá voy!
En casa, nos espera una tanda de estos increíbles parfaits de pudding. La primera vez que los hice, mi marido apenas podía dejar de comerlos. Mezclado con el Cool Whip, el pudin suave y aterciopelado adquiere la textura de una mousse de chocolate, y es una mezcla increíble de sabor y textura. Y todo ello con sólo 125 calorías por ración.
Cubierto con sus bayas frescas favoritas, el pudín de chocolate casero es por sí solo un postre para recordar. Delicioso, suave y cremoso, con un toque de vainilla, este pudín es el más perfecto que he hecho nunca. Está para chuparse los dedos y, además, ¡no te vas a creer lo fácil que es!
Si buscas un capricho de última hora para mimar a tu amorcito, estos parfaits son el postre perfecto. No se me ocurre otra forma de pasar una velada con mi Valentín que compartiendo un par de parfaits… ¡en nuestros mejores pijamas, por supuesto!