Si no vas a preparar la comida de Acción de Gracias de este año, trae una tarta, pero también un pequeño desayuno. ¿Un desayuno? ¿Para Acción de Gracias? No. Desayuna para tu anfitrión, que sin duda ha pasado la última semana sudando, horneando, planificando, comprando y anticipando esta alegre pero a veces estresante fiesta.
Créame. A excepción de los platos y las compras del Viernes Negro, no van a saber qué hacer consigo mismos la mañana siguiente. Yo probablemente me olvidaría de desayunar.
Un buen desayuno casero, ya sea este pan rápido glaseado lleno de jugosos arándanos y ácida ralladura de limón, o un lote de magdalenas de canela o tal vez este pastel de café con fresas siempre será una forma apreciada e inesperada de decir «Gracias». Mejor aún, si eres el anfitrión, ¡prepárate un capricho para la mañana siguiente!
Espero que dondequiera que estés estas fiestas, ya sea en tu propia mesa o rodeado de familiares o amigos, pases un feliz y maravilloso Día de Acción de Gracias, lleno de risas, amor y buena comida. Demos gracias por lectores tan amables y comprensivos como usted.