Despiértate con una tanda de estos muffins de limón y frambuesa súper suaves y veraniegos. Además, se congelan y recalientan fácilmente para un desayuno rápido entre semana.
Mi tiempo para sentarme y saborear las comidas es bastante inexistente últimamente, con un ojo en mi plato y otro en mi niña. Esto es especialmente cierto para el desayuno. No conozco a nadie que no desee que su desayuno sea aún más rápido y fácil de lo que ya es. Quiero decir… ¿podría alguien inventar ya una tableta masticable de bacon, huevos y tostadas?
He probado todo tipo de desayunos y, o bien no me sacian lo suficiente, o son demasiado complicados de hacer. O ambas cosas.
Pero, ¡ay! He encontrado una solución rápida para un desayuno caliente, delicioso y rapidísimo. Además, ¡puedo cambiar los sabores como quiera!
Mi respuesta (y puede que la tuya también) es congelar magdalenas caseras. ¿Una revelación genial? No. Pero, ¿la solución perfecta para un desayuno casero sustancioso? Por supuesto. Y no me refiero sólo a estas magdalenas: ¡todas mis recetas de magdalenas se pueden congelar!
Sólo tienes que hornear un lote grande, meterlo en una bolsa o recipiente de plástico con cierre y al congelador. Así se conservarán al menos un par de meses. Si se congelan un poco, no te preocupes. Treinta segundos en el microondas le quitarán el frío y le dejarán un delicioso desayuno caliente. Llevo haciendo esto desde antes de que Lily naciera. Así tengo algo rico que comer… además de los deditos de mi bebé.
En cuanto al sabor, estas magdalenas veraniegas de limón y frambuesa son un diez sobre diez. Son súper suaves y húmedos, con un toque cítrico brillante y un sutil dulzor. Cada bocado está repleto de jugosas frambuesas rojas. Servidos con un huevo frito rápido, son una comida matutina perfecta y llena de proteínas.
Prepara tu propio lote para tenerlo a mano para los desayunos de entre semana. ¡Sé que te encantarán!