El fin de semana pasado, mi marido y yo fuimos a Florida a visitar a mi familia. Estuvimos mucho tiempo en la piscina y en la playa, y yo me puse mis vestidos de verano y mi crema solar. Sin embargo, aunque parezca una locura, probablemente pasé la mayor parte del tiempo calentando la cocina y cocinando con mi madre.
Después de una noche entera de vuelo, llegamos por la mañana, y mamá y yo nos pusimos manos a la obra para hacer mousse de chocolate para la cena de mi tía esa noche. Estaba decidida a hacerla perfecta y decadente, pero, ¿cómo decirlo? …. Con apenas una hora de sueño, los postres delicados como la mousse de chocolate no son posibles. En absoluto.
Así que, con sólo una hora de sobra, ideamos un «plan B» de crujiente de cerezas, un dulce favorito de la familia e increíblemente sencillo que nos salvaría el pellejo.
Nunca sabré por qué mi madre tiene relleno de tarta de cerezas, avena natural y almendras enteras a mano, pero que Dios bendiga a esa mujer. Tuvimos esta cosa en el horno en 10 minutos, y después de 30 minutos de cocción y llenar la casa con el aroma de cerezas dulces y canela caliente, que estaba listo para empacar para llevar a la fiesta.
Para cuando llegamos al postre, todo el mundo tenía una copa de vino en la mano y los pies sumergidos en la piscina en aquella calurosa y pegajosa noche de Florida. En menos de un minuto, el ruido metálico de las cucharas golpeó los platos de postre vacíos y se oyeron gemidos.
Una crujiente cobertura de nueces picadas, avena caliente, azúcar moreno, canela y nuez moscada dio paso a unas cerezas burbujeantes, suaves y pegajosas. Cubierto con una porción de nata montada casera casi nos manda a todos al cielo y de vuelta.
Tanto si este delicioso crujiente de cerezas está en tus planes como si acaba siendo el «plan B», te garantizo que te encantará y lo volverás a hacer pronto. Aunque la cena fue el sábado, no llevo ni 48 horas en casa y no he podido resistirme a volver a hacerlo.